El Lado Bueno de las Cosas

David O. Russell vuelve después de «The Fighter» escribiendo su propio guión basado en el libro de Matthew Quick «The Silver Linings Playbook». Dicha obra no deja de ser una comedia romántica en toda regla, le pese a quien le pese. Así es que, clichés aparte, se salva por las interpretaciones de sus personajes, liderados por un inconmensurable Bradley Cooper y Jennifer Lawrence, seguido de un peculiar Robert De Niro obsesionado con los Eagles.

Este largometraje es un claro ejemplo de cómo una historia de amor puede llegar a estar nominada en los Oscar incluso a Mejor Película, o mejor dicho, cómo unos actores pueden elevar una película del montón. David O. Russell se esfuerza porque no parezca la típica comedia romántica, pero al fin y al cabo no le queda otra que adentrarse en el escabroso mundo del cine empalagoso. No debemos negar esta cuestión.

Bradley Cooper es un «loco» con las cosas muy claras, que de un modo u otro quiere volver al pasado y reencontrarse con su mujer. Mientras que Jennifer Lawrence aún no ha superado la muerte de su marido, lo que la hace muy vulnerable y proclive al sentimentalismo. Cuando se conocen se crea la llamada chispa del amor o  el común «este cuento ya lo he visto». El hombre, como sabéis, siempre cae. Más o menos es una breve sinopsis de la película. A algunos les parecerá un tanto «spoiler», pero deteneos un momento y pensar la clase de película que estáis viendo, no tiene otro final.

Redundo en el tema, pero siendo el tipo de película que es, se deja ver. Tiene buen ritmo y se hace bastante llevadera. No tiene altibajos y la historia no es nada complicada, incluso sabe darle ese toque de incertidumbre final. Por último quiero dejar clara mi posición respecto a los finales-spots publicitarios, le hacen daño al cine, y no los necesitamos, la historia está «bien», no la estropees así. Los actores no se lo merecen.

El lado bueno de las cosas

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